Igual que el cielo, igual que el mar, Xauen es azul y profunda. Por que, no solo es el color predominante, si no todo lo que se asocia a este color, podría describir esta ciudad fundada en 1471 en el emplazamiento de una pequeña ciudad bereber. En su origen, compuesta por exiliados de al – Andalus, tanto musulmanes como judíos. Durante siglos fue considerada sagrada y por ello prohibida la entrada a extranjeros. Así, hoy, mantiene su fisonomía medieval.
El color azul se asocia a la estabilidad, profundidad, lealtad, confianza, sabiduría, mente, inteligencia, fe, verdad, eternidad…. y así podría describirse a Xauen. Una ciudad que a lo largo de los siglos ha mantenido su verdad, su fe, su cultura, su sabiduría, …. y los exhibe con orgullo y a la vez con la inteligencia de saber adaptarse a esta época sin dejar de ser leal así misma.
Al azul en la antigüedad se le asociaba con el infinito, la inmortalidad, la realeza, lo sagrado. Era el color de las divinidades. Xauen se funde con el cielo infinito y a juzgar por su apariencia hoy, se diría que es inmortal, que el tiempo no ha pasado por ella, ya que conserva no solo su esencia si no su apariencia, incluso sus usos y costumbres. Si además añadimos la melodía de las cinco llamadas a la oración todos nuestros sentidos pueden disfrutar de un lugar perfecto para la relajación y la profundidad.
Raquel Domínguez Arcos
Abril 2.017